La historia de la Provincia de Buenos Aires empieza cuando el Río de la Plata fue descubierto por la expedición de Juan Díaz de Solís, quien buscaba un paso hacia la India. Solís desembarcó en la isla Martín García, siendo así el primer europeo en pisar suelo argentino, pero murió en un ataque de un grupo de aborígenes y los restantes tripulantes regresaron a España. Mientras por un lado Fernando de Magallanes continuaba la búsqueda del paso que llevara a los navegantes europeos hacia Las Indias (la cual encontraría al cruzar el estrecho de Magallanes), el primer adelantado Pedro de Mendoza fundó el puerto de "Nuestra Señora María del Buen Aire" el 2 de febrero de1536. La ciudad fue sitiada y asaltada por los querandíes, y en 1541 fue abandonada por los españoles, quienes trasladaron a sus habitantes a Asunción del Paraguay. Aún así, el lugar seguía teniendo una ventaja estratégica para los españoles, que desde ahí podían comerciar con España y preparar la expansión hacia el sur del continente.Por esto, Juan de Garay refundó la ciudad el 11 de junio de 1580, esta vez bajo el nombre de "Ciudad de la Santísima Trinidad del puerto de Santa María de los Buenos Aires". Ésta se convirtió más adelante en la capital de la gobernación del mismo nombre, y luego del Virreinato del Río de la Plata.
Posteriormente, Garay comenzó a recorrer el territorio inexplorado, pasando por Tuyú, Tordillo y Kakel Huincul, llegado hasta el cabo Corrientes. Juan de Garay repartió entre sus acompañantes las tierras que se fueron descubriendo, situando las estancias destinadas a la cría de ganado junto al Río de la Plata. La estancia "Vaquería" fue sometida al régimen de encomienda y condensó la actividad agropecuaria de la provincia, principal actividad económica de la población española. La misma también se convirtió en fortín para mantener a raya los ataques de la población indígena local. Desde la ciudad de Buenos Aires se abrieron rutas hacia otras ciudades del Virreinato, y junto a ellas se establecieron otras como Baradero,Luján, Quilmes y San Andrés de Giles. La estancia aumentó su importancia al establecerse la industria del saladero, la exportación, y el prestigio de la lana local en Europa.
El 16 de febrero de 1820, la provincia se constituyó en entidad política autónoma, designándose a Manuel de Sarratea como su primer gobernador. Su territorio nominal abarcaba desde la ciudad de Buenos Aires hasta la cordillera de los Andes por el oeste, y hasta los territorios de la Patagonia, por el sur. Se excluyeron los territorios asignados a Entre Ríos y Corrientes, creadas en 1814, y de Santa Fe, de 1815.La Revolución de Mayo abrió interesantes perspectivas para la ganadería, ya que no sólo implicaba el fin del monopolio español del comercio exterior sino también la introducción de sistemas y mejoras en la actividad desarrollados en otros países y de otras razas de ganado. La incorporación del alambrado permitió definir la propiedad de la tierra trazando límites claros, que hasta entonces eran vagos e imprecisos.
Pero el territorio bajo control efectivo era muy limitado: desde la ciudad de Buenos Aires hasta unos 60 km a la redonda. Los pueblos originarios se resistían tenazmente a la penetración del hombre blanco en sus territorios. La introducción al continente americano del caballo durante la primera fundación de la ciudad y la habilidad de los aborígenes para domesticarlos les permitió lanzar violentos ataques llamados malones. Sucesivos gobiernos bonaerenses intentarían, por un lado, frenar los malones, y por otro, conquistar territorios mediante diversas operaciones: líneas de fortines defensivos, la Zanja de Alsina, etc. En 1823 la ciudad de Dolores fue destruida por completo, lo cual aumentó la preocupación de los pobladores respecto de los grupos aborígenes y la frontera con sus territorios.
El gobernador Martín Rodríguez dictó la ley de supresión de los cabildos de origen hispánico y creó la justicia de paz el 22 de enero de 1822. Fueron nombrados 28 jueces de paz de campaña, uno para cada partido. Durante su gobierno, los estancieros se expandieron hacia el sur, hasta el río Quequén Grande, apoyados por algunas expediciones militares.
Lo sucedió Juan Gregorio de Las Heras, que reunió el Congreso, por el cual se pretendió unificar el país. En 1826, el Congreso nombró presidente de lasProvincias Unidas del Río de la Plata a Bernardino Rivadavia, de tendencia centralista, que presentó al Congreso un proyecto de ley mediante el cuál la Ciudad de Buenos Aires y gran parte de la campaña circundante se proclamaba capital del Estado y se dividía el resto de la provincia en dos. El proyecto fue sancionado ese mismo año a pesar de las fuertes resistencias que generó en el federalismo porteño. El gobernador de la provincia, Las Heras, cesó en su cargo por decreto del Poder Ejecutivo. La Junta de Representantes fue disuelta, y se nacionalizaron el ejército de la provincia, las tierras públicas, la aduana y todas las propiedades provinciales.
La Guerra del Brasil y la Constitución unitaria de 1826, rechazada en el Interior del país, terminaron con la caída de Rivadavia. En su lugar asumió como gobernador Manuel Dorrego, partidario del federalismo, quien fue fusilado por Juan Lavalle. Esto terminó con el régimen presidencial y reanudó la guerra civil entre unitarios y federales.
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